Es una tarde como otra cualquiera en la ciudad de Gaza. Bueno, no cualquiera. Hace unos días el grupo terrorista palestino Hamas ha atacado a Israel, un país con el que Palestina no tiene una relación especialmente buena. Una madre va por la calle con su hijo de unos 5 años, como todos los días. Ella se encarga de hacer las compras y su marido va a trabajar para traer dinero a casa. Siente cierta preocupación porque se rumorea que el ataque de Israel es inminente, pero no pueden escapar, ya que no tienen dinero suficiente para comprar comida para más de tres días y tampoco tienen a donde ir.
Después de terminar con la compra, los dos van a casa. 10 minutos antes de llegar a casa, se escuchan unas alarmas por toda la ciudad que alertan de que esta siendo atacada. Unos segundos mas tarde, se escucha una explosión no muy lejos, a unos 400 metros. Todo el mundo empieza a correr, y la madre coge a su hijo y hace lo mismo instintivamente. Mientras corre se hace miles de preguntas: a donde van a ir, como van a sobrevivir sin recursos o donde esta su marido. Esas preguntas le generan un miedo terrible.
A pesar de del bombardeo, ella y su hijo han salido ilesos. Ya bastante alejados de la ciudad de Gaza, ven que una gran cantidad de personas se dirigen a la misma dirección. Al preguntar a uno de ellos, le dice que van hacia el sur, a Rafah, ya que Israel ha emitido un comunicado diciendo que se dirijan hacia allí. Todo el mundo piensa que Israel no atacara esa zona, pero la madre piensa que si los miembros de Hamas se camuflan como civiles en Rafah como hicieron en Gaza, a Israel le dará igual que halla inocentes y bombardeara toda la ciudad.
Después de tres horas de caminar hacia el sur, anochece. El hijo de la madre le dice que tiene sed y sueño, y justo ella ve a gente acampando cerca de donde están. Se acerca a ellos y les pregunta si pueden dormir con ellos, por la protección que les supone a ellos dos, naturalmente les responden que si. Al siguiente día llegan a Rafah, donde hay mucha gente.
Tres días después, Israel empieza a bombardear la zona. La madre intenta escapar, pero una bomba alcanza a su hijo, que queda gravemente herido. La madre lo lleva a un hospital cercano, después de una larga espera, atienden a su hijo en una sala donde ella no pueden entrar. Alrededor de una hora más tarde, sacan a su hijo envuelto en una sabana, lo que significa que esta muerto. La madre lo abraza desconsoladamente mientras llora.
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