La fotografía ganadora del Premio Ortega y Gasset a la Mejor Fotografía muestra una mujer sosteniendo lo que podría ser un cadáver envuelto en una sábana blanca. Esta imagen me ha resultado muy chocante y me ha producido mucha curiosidad por cómo, cuándo y dónde fue hecha. Después de investigar, he averiguado que no era lo que yo creía y os voy a contar la historia que yo había deducido.
Una mujer llamada Yara, vivía en un pequeño pueblo en la frontera de Israel y Gaza. Su familia era pobre y la obligaron a casarse con un hombre 20 años mayor que ella para garantizar la subsistencia de su familia. Esto conllevaba dejar su pueblo y sus estudios atrás. No tuvo otra opción que aceptar, sino sus padres la echarían de casa y no tenía nada más que su familia.
Tras abandonar su pueblo, comenzó su nueva vida con su marido, ella era infeliz. Tenía prohibido salir de casa y hacer cualquier actividad que no fueran las tareas del hogar. A los dos años, tuvo su primer hijo y esto le hizo su vida mucho más amena. Podía salir a la calle para cubrir las necesidades de su hijo, ser madre era lo mejor que le había pasado, por eso pronto tuvo otra hija.
Ella era feliz por fin, aunque no duró mucho. La guerra entre Israel y la franja de Gaza comenzó y ella era de orígenes palestinos, por lo que tuvo que abandonar Israel quedándose en Gaza con sus hijos y marido a su suerte. Se alojaron en un pequeño piso a la afueras de la ciudad de Gaza. Los bombardeos eran constantes y estaban aterrados. Así que su marido, el cual tenía bastante poder económico, salió de la ciudad con su hijo mayor. Yara y su hija menor se quedaron en el piso a la espera de una buena noticia.
Los bombardeos eran cada vez más frecuentes a su alrededor, por lo que Yara decidió salir de su piso. Fueron a dónde muchas otra familias se dirigían en busca de seguridad. Era un sitio el cual Israel había asegurado que era seguro, pero no era así. Estaba lleno de militares israelíes. Ellos disparaban sin ningún tipo de compasión y una de esas balas atravesó la cabeza de la hija de Yara. Yara la cogío el cuerpo sin vida de su hija en sus brazos y se escondió.
Días más tarde, fue encontrada por unos militares, que le llevaron a un campo de refugiados. Allí con el cadáver de su hija envuelto en una sábana, fue sacada aquella fotografía.
Yara sigue viva, se encuentra separada de su familia, cargando con la muerte de su hija y en un campo de refugiados dónde no se garantiza su seguridad.