domingo, 20 de octubre de 2024

Blog VI Cristina

Desde pequeña, siempre me ha encantado hacer el pino, hacer volteretas y todo tipo de acrobacias. Recuerdo que cada vez que una de mis amigas celebraba su cumpleaños y decidía hacerlo en un parque de trampolines, me ponía a practicar todas las acrobacias que me interesaba saber hacer. Además hacíamos competiciones que consistían en aguantar sin caerse el máximo tiempo posible, caídas libres y circuitos. Una de las que más frustración me creaba era la voltereta hacia atrás, porque cuando llegaba el momento de lanzarme hacia atrás, me entraba el miedo a caer mal y a lesionarme.


Aprendí a hacer bien el pino en mi casa, porque todos los días después del colegio, cuando llegaba a casa, me ponía ropa de deporte, y me pasaba por lo menos una hora diaria practicando. Estaba muy obsesionada con saber hacer bien y perfeccionar todas las acrobacias. 


En el colegio, los días que hacía bueno cuando bajamos al patio siempre íbamos a la hierba donde también estaba la cancha de fútbol. Mi grupo de amigas y yo nos poníamos en una esquina y estábamos todo el tiempo del patio haciendo el pino, el pino puente, la rueda…


Uno de los días, haciendo el pino, de repente me caí al suelo, apoyándome en el hombro. Empecé a llorar y no me quería levantar ya que me dolía mucho, mis amigas me llevaron a la enfermería del colegio donde me dijeron que probablemente sólo había sido un golpe. Llamaron a mis padres y me fui a casa. Me seguía doliendo bastante el hombro así que decidieron llevarme a urgencias. Nos tuvieron esperando unas horas y cuando por fin me atendieron, me hicieron una radiografía y el resultado fue que tenía una fractura de clavícula. Yo estaba desesperada ya que soy diestra y no podía hacer nada con el brazo derecho, ni comer, ni escribir, ni vestirme... Me inmovilizaron el brazo mediante un cabestrillo y estuve con él durante 8 semanas. Esta caída me ocurrió a finales de mayo, así que ese verano me pasé la mayor parte de él sin poder bañarme, ni hacer deporte.


La lección que aprendí fue que, aunque se te de muy bien algo, nunca te puedes confiar demasiado y siempre tienes que poner atención en todo lo que hagas.


No hay comentarios:

Publicar un comentario