Viajar es una experiencia divertida y emocionante. Nos da la oportunidad de conocer nuevos lugares, ver paisajes hermosos y probar comidas ricas. Al viajar, aprendemos sobre otras culturas. Cada viaje nos ayuda a ver el mundo de una manera diferente y a entender mejor a las personas que nos rodean.
A lo largo de mi vida no es que haya viajado mucho, pero me acuerdo perfectamente del viaje que hacíamos mi familia y yo cada dos años. Siempre íbamos a Lanzarote, a visitar a nuestra familia ya que parte de la familia de mi padre vive ahí.
Este viaje lo cogía siempre con muchas ganas porque era un viaje al cual siempre me encantaba ir porque me encantaban los momentos de poder volver a ver a mi familia y poder darnos esos abrazos que tanto llevábamos esperando.
Era un viaje que siempre mi familia y yo aprovechábamos al máximo los momentos en familia. Además, visitábamos cada parte de Lanzarote porque los paisajes eran increíbles. A pesar de ver los mismos cada dos años nunca me cansaba y siempre los veía como si fuese la primera vez.
Este viaje, ya no lo solemos hacer porque hay parte de mi familia que se ha ido a estudiar a otro sitio y ya no viven en Lanzarote. Y es por eso, que siempre va a ser mi viaje favorito por muchos otros que haga, porque lo recuerdo con muchísima emoción.
En resumen, viajar nos ayuda a conocer mejor el mundo y a nosotros mismos. Nos da la oportunidad de aprender cosas nuevas, en mi caso estar con la familia que vive lejos y disfrutar de experiencias únicas. Al final, viajar nos hace más felices y nos deja recuerdos que siempre llevaremos con nosotros.
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