Mi "crush", la persona de la cual estoy perdidamente enamorado, es mi razón principal para levantarme por las mañanas. Para afrontar un nuevo día, con la esperanza de que me regale una sola mirada, o incluso unas palabras, por breves que puedan llegar a ser. Solamente por eso merece la pena no quedarse en la cama. Salir al pasillo y toparme con ella, volver a clase y no ser capaz de atender al profesor, terminar el día y esperar para verla una vez más antes de marcharme… Y a la hora de dormir, tumbado con los ojos cerrados, visualizar una vida juntos. Los mensajes de buenos días, las despedidas al anochecer, todos los momentos íntimos que compartiríamos. La parte más dura suele llegar al despertar de nuevo, en la triste realidad, deseando volver a aquel maravilloso sueño.
Esa persona tan especial para mí debe cumplir unos requisitos. Ha de ser alguien inteligente, la cual no deje influenciarse por la opinión de los demás y sea capaz de construir su propia visión de las cosas. Debe tener carácter, una persona que sepa poner límites y defender su orgullo, para que no puedan humillarla ni tratarla de menos. También debe ser ambiciosa, tener metas y sueños que cumplir, y lo más importante; la actitud y determinación para llevarlos a cabo. En cuanto a sus aficiones, lo ideal sería una persona que disfrutase del cine tanto como lo hago yo, o estuviese interesada en el deporte de alguna forma.
En definitiva, mi "crush" no es solo alguien que me guste físicamente, sino una persona que me haga sentir en casa incluso cuando estamos lejos. Me gustaría que fuera alguien con quien pueda ser yo mismo sin miedo a ser juzgado, alguien que se ría de mis tonterías y también pueda hablar conmigo de cosas profundas cuando haga falta. Una persona que me enriquezca y me aporte de forma positiva, pero sobre todo; alguien que me dé ese impulso para levantarme de la cama una vez más.
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