martes, 21 de octubre de 2025

 SOLUCIÓN DE LAS PREGUNTAS 


Primero lo primero entender que “Donde comienza el deber termina la amistad”

No confundir el deber con la amistad, saber que la amistad no es callar, tampoco resolver problemas ajenos al 100% ni mucho menos cubrir necesidades de la forma más fácil, también tiene que existir los valores, tales como la honestidad, el respeto, la responsabilidad, para que conscientemente se pueda responder el favor con el compromiso pactado y no malinterpretar lo que uno hace por ti.


Busca tú razonamiento, ya que el dinero lo prestaste, en todo caso tiene que ser devuelto. Tú ayudaste a las necesidades que tenía tu amigo por lo tanto él tiene que cumplir con su palabra cuando tú lo necesites porque es tu derecho invisible al prestarle el dinero.

Para tomar la iniciativa en que te devuelva lo que le prestaste saber siempre hablar con calma y mostrarse amablemente tu petición para que esa persona te hable de la misma forma y así no creas un ambiente necesario y brusco, en caso que tu amigo no pueda entregar el dinero darle una fecha límite pero mostrando siempre que confías en él y por último tener en mente que lo que estás haciendo no es malo ya que tú tienes una necesidad al igual que tu amigo por lo tanto él tiene que comprender y entregá

rselo.

domingo, 19 de octubre de 2025

Blog V

Nunca he sabido cómo hablar de dinero con amigos sin que suene raro o mal. Es algo que siempre me ha pasado, no sé cómo pedirle a la gente que me devuelva el dinero que le dejé alguna vez. No sé si es por miedo a quedar mal, por incomodidad o por vergüenza. 

Hace unas semanas un amigo de mi cuadrilla de toda la vida, me pidió que le prestara 30 euros. Era para devolverle una deuda que tenía con otro amigo del grupo que le había adelantado el dinero para pagar las entradas de un concierto. Yo se los dejé sin pensarlo, porque no me pareció gran cosa, lo ví como un favor normal y que él habría hecho lo mismo por mí.


El problema es que ahora soy yo quien necesita el dinero. La cosa es que no sé cómo decírselo. Me da miedo que piense que soy una pesada o que se enfade y que piense que le estoy echando en cara algo, cuando no es así realmente. 


A veces me gustaría ser esas personas que no les importa nada y que dicen las cosas sin darles tantas vueltas, que no se sienten culpables por pedir algo que es suyo. Sé que en el fondo es una chorrada: me debe dinero y yo se lo tengo que pedir. Pero no paro de pensar en “¿y si se lo toma mal?”, “¿y si cambia nuestra relación por esto?” o “¿y si piensa que ya no confío en él?”.


 Aun así, creo que la mejor manera de hacerlo sería hablarlo con naturalidad y preguntárselo directamente, sin comerme mucho la cabeza. Pedírselo así sin más y explicarle que no es por ningún problema que tengo con él, sino que es porque lo necesito de verdad.  Al fin y al cabo, si realmente es una buena amistad, no habrá ningún problema y no deberíamos dejar de ser amigos. Y si se lo toma mal, creo que tal vez nos sirva para ver cómo es realmente la relación que tenemos. 



Marcos Blog V

Últimamente me he estado comiendo mucho la cabeza con un tema que, aunque parezca una tontería, me tiene algo incómodo: el dinero entre amigos. Hace unas semanas, uno de mis amigos de la cuadrilla, somos cuatro los que solemos ir juntos a todos lados, me pidió 30 euros para saldar una deuda con otro del grupo que le había adelantado el dinero para pagar las entradas de un concierto. No me importó prestárselos, fue algo rápido, sin pensarlo mucho.

El problema es que ahora soy yo quien necesita el dinero y no dejo de darle vueltas a cómo pedírselo. Me da cosa que piense que soy pesado o que solo me importa el dinero. También me preocupa que se lo tome mal o se enfade, aunque sé que no debería ser así. Al fin y al cabo, no le estoy pidiendo nada raro, solo que me devuelva lo que le presté.

Aun así, me cuesta dar el paso. He pensado en decirle algo sencillo, sin darle demasiadas vueltas, tipo: “Oye, ¿te acuerdas de los 30 euros que te dejé? Es que ahora me vendrían bien, ¿podrías devolvérmelos cuando puedas?”. No suena mal, pero incluso ensayando la frase me da reparo.

Supongo que lo que más me molesta no es el dinero, sino el miedo a romper el buen rollo que tenemos. Pero también sé que si la amistad es sana, esto no debería ser un problema. Así que, tarde o temprano, tendré que hacerlo. Mejor hablarlo claro y sin tensión que seguir dándole vueltas en mi cabeza.

Jon Cid Blog V

Hablar de dinero nunca ha sido fácil, sobre todo cuando se trata de amigos. Hace unas semanas, uno de los chicos de mi cuadrilla me pidió 30 euros para saldar una deuda con otro del grupo. No me lo pensé demasiado y se los dejé, confiando en que me los devolvería pronto. Al fin y al cabo, somos amigos desde hace años y siempre hemos tenido una relación de confianza. Sin embargo, ahora la situación ha cambiado: soy yo quien necesita el dinero.

Desde hace días no dejo de pensar en ello. No es una cantidad enorme, pero me vendría muy bien ahora mismo. Aun así, algo dentro de mí me impide pedírselo. Nunca he sido de esos pesados que te recuerdan todos los días de tu vida que aún les debes 5 euros del fin de semana pasado. No suelo darle importancia y no me preocupa si al final me quedo sin ellos, pues valoro la amistad por encima de esos 5 euros.

Sin embargo, otras personas se lo toman muy en serio, y cada vez que te prestan cualquier cantidad de dinero, se aseguran de que no se te olvide pagarles. Esta postura me parece totalmente justificada, pues se trata de su dinero y tiene el derecho a que se le devuelva. Simplemente yo no simpatizo con esa forma de ser.

He pensado varias veces en escribirle un mensaje o mencionarlo de manera casual cuando nos veamos, pero siempre acabo reculando. Me digo a mí mismo que ya me lo devolverá cuando pueda, que no quiero arruinar el buen ambiente del grupo por algo tan pequeño. Aun así, sigo sintiendo una especie de nudo en el estómago cada vez que lo veo gastar dinero en otras cosas.

Supongo que lo más sensato sería hablar con él con naturalidad, sin reproches, simplemente recordándole que me debe esos 30 euros. Si de verdad somos amigos, no debería haber problema. Pero por alguna razón, algo tan simple se ha convertido en un dilema que no me deja tranquilo. Quizás el dinero no cambia a las personas, pero sí pone a prueba las relaciones.

Blog V

 


Hablar de dinero entre amigos siempre me ha parecido un tema delicado. No sé si es por educación, por costumbre o por miedo a incomodar, pero muchas veces evitamos tocarlo, como si fuera algo que pudiera romper la confianza o la buena energía del grupo. Y sin embargo, el dinero está presente en casi todas las cosas que hacemos juntos: salir a cenar, comprar entradas, planear viajes o simplemente compartir gastos.

A veces, las situaciones más pequeñas son las que más nos hacen pensar. Que si pedirle dinero a un amigo, recordarle una deuda o simplemente hablar de lo económico dentro del grupo. No es una cuestión de dinero en sí, sino de cómo nos hace sentir, nos da miedo incomodar, parecer interesados o generar un malentendido donde no lo hay.

Pero pienso que en realidad hablar con claridad las cosas, no deberían llegar a ser un tema de vergüenza o incomodidad . Si prestaste dinero o estás esperando algo que te corresponde, recordarlo con naturalidad no debería ser un problema. Lo importante es cómo lo haces, porque el habla influye mucho en cómo nos expresamos y cómo queremos transmitir algo, hay que hablarlo siempre con calma, sin reproches y desde la confianza, porque algo tan simple como un “oye, ¿te acuerdas de aquello?” puede resolver más que semanas de darle vueltas al asunto.

Esperar a que el otro se dé cuenta por sí solo, solo alarga la incomodidad. Y cuanto más se posterga, más grande se vuelve el peso emocional. Lo más sano es hablarlo, sin dramatizar. Además de que si la relación entre amigos a sido larga, no debería suponer un problema para que la amistad rompa o que tenga algún inconveniente. Porque la amistad de años supone una mayor confianza que una de solo unos meses, y hablar con claridad el tema hace que la conversación sea mas fácil y sin problemas, ya que esta amistad de años comprendería mejor la situación, y de que ese dinero no es porque te desespera, si no porque simplemente lo necesitas, y no por algo que es grave, si no porque es importante para ti tenerlo, ya sea para una comida o para guardarlo por alguna emergencia.

A veces confundimos evitar el conflicto con cuidar la amistad, cuando en realidad lo que la fortalece es la sinceridad. Ser directo no significa ser frío; significa ser honesto. Y si algo tan pequeño como hablar de dinero puede poner a prueba la confianza, tal vez esa confianza no era tan sólida como creíamos.

Al final, hablar de dinero no debería ser tan difícil. Quizás solo necesitamos aprender a hacerlo sin miedo, con la misma sinceridad con la que hablamos de todo lo demás, porque un gesto de sinceridad , claro y respetuoso vale más que mil dudas guardadas.


Blog V - Aiala

El dinero y los amigos no suele ir muy bien. Si dejas dinero que sea de manera inteligente y sabiendo que no lo vas a en vano. Si le dejas 30 euros a un amigo y los necesitas solo hay que pedirlos, lo que a mucha gente le costaría mucho. Yo creo que es algo muy fácil si son tus amigos cercanos.

Yo haría lo siguiente: hablaría con él de manera tranquila y directa pero sin ser agresiva, “Oye, ¿te acuerdas de los 30 euros que te presté hace unas semanas? Ahora me vendrían genial, ¿puedes devolvérmelos?” Simple, que se note que pides dinero pero no muy desesperado. Lo importante es que se lo repitas más de una vez y que le dejes claro que lo necesitas. Pueden tardar más o menos, lo que podría enfadarte, pero eso es lo de menos, lo que importa es el dinero. Claramente si lo necesitas urgentemente más vale que te lo de a tiempo. Sino también es otra opción pedirselo a otro de la kuadrilla y que al que se lo has prestado se lo de al otro. Pero claro esto sería como una deuda continua, por lo que la mejor opción es pedirselo al que se lo diste.

Si es tu amigo de verdad, no se va a enfadar. Y si se enfada pues bueno, es su problema, porque hasta que no haya dinero no paras de insistir. Lo importante es que no te quedes sin dinero por pensar que no te lo va a dar y se va a enfadar.


Blog V

 A veces pedirle dinero a una persona puede ser una situación incómoda y difícil, incluso llegamos a pensar que no merece la pena pedirlo. ¿Pero hasta qué punto no merece la pena? En mi opinión el hecho de reclamar dinero a alguien depende de dos cosas: de la cantidad, y de la confianza que tengas con esa persona. 


Obviamente no son lo mismo 5€ que 50€ y creo que cada persona tiene que decidir cuál es su límite. Si esos 30€ que tu amigo te debe te vienen bien en este momento, y considerando que probablemente él ya haya saldado su deuda, lo más probable es que esté dispuesto a devolvértelo. Pueden darse muchas otras situaciones, por ejemplo que a tu amigo todavía le haga falta ese dinero, en ese caso la situación sería totalmente diferente.


Por otro lado, no es lo mismo reclamarlo a tu mejor amigo de la infancia, que a un compañero de clase con el que apenas tienes relación. La confianza puede llegar a  ser algo clave. Si le reclamas dinero a alguien que apenas conoces (a pesar de que yo, por lo menos no lo veo mal, ya que a todos nos gustaría que nos devolviesen nuestro dinero) puede quedarse con una imagen tuya de tacaño. 


Teniendo en cuenta todo esto, si crees que esos 30€ merecen la pena y que tienes la confianza suficiente con tu amigo, no deberías dejarlo atrás. Al fin y al cabo son 30€ y aunque no sea una cantidad de dinero enorme, es dinero.


Blog V- Mikel Mendizabal

Hablar de dinero entre amigos puede ser incómodo, pero es importante afrontar la situación con naturalidad y claridad para evitar malentendidos y que la amistad se rompa. Lo primero que debes tener presente es que no estás pidiendo un favor ni estás haciendo algo fuera de lugar: simplemente estás recordando que te devuelvan un dinero que tú prestaste con buena intención.

Una buena manera de solucionarlo es hablar directamente, sin rodeos pero con amabilidad. Soltando una indirecta sutil, como: “¿Te acuerdas de los 30 euros que te dejé? Tengo que hacerle un regalo a mi madre y me vendría bien recuperarlos.”Digo el regalo de tu madre por poner un ejemplo. Así no le culpas ni le pones en una situación incómoda, pero dejas clara tu necesidad.

Es normal que te preocupe cómo reaccionará, pero si es un buen amigo, lo entenderá perfectamente y no se enfadará. Si se enfada, eso puede decir más sobre él que sobre ti. Las mejores amistades se basan en el respeto, y eso incluye también el respeto por las deudas o los favores.

Evita seguir dándole vueltas y actúa pronto, cuanto más lo prolongues, más ansiedad y preocupación te generará. Además, cuanto más natural sea tu actitud, más fácil será para los dos. Pedir lo que te corresponde no es ser egoísta, es ser justo contigo mismo.


Blog V (Ane Ibarreche)

Una deuda con tus amigos más cercanos puede llevar a conflictos momentáneos, pero nunca a ninguna tan grave que sea irremediable. Esta amistad o vinculo tan fuerte que habéis ido creando desde que os conocéis, hasta el día de hoy, no se va a destruir por una simple cantidad de dinero que os debáis el uno al otro. Aun que esta cantidad sea grande o pequeña está claro que el que dio esa suma de dinero al otro lo hizo con toda la buena voluntad de ayudar y sin esperar una devolución a corto plazo. Pero si que es verdad, que esperaba que en algún momento este, se le fuese devuelto aunque fuera poco a poco. 

Pedir dinero a un amigo cercano con el que estás endeudado no debería ser una agobio porque se supone que tienes plena confianza en el. Pero si que entiendo que el tema del dinero puede ser muy controvertido o polémico. Para que este amigo no se sienta agobiado o presionado, hay que tratar de pedírselo de manera respetuosa y delicada ya que si se dice de forma brusca, puede llegar a agobiar y a enfadar a la persona. Por lo cual, si se hablaba bien y se explica la necesidad de la devolución de ese dinero no creo que suponga ningún problema para tu amigo, ya que lo entenderá y tratará de devolvértelo lo antes posible. En caso de que el reaccione mal, hay que tratar de no subir el tono para que no se convierta en un gran enfado, porque no llevará a ningún sitio. Antes de empezar a discutir fuertemente, deja el tema durante unos días o semanas hasta que tu amigo este más tranquilo y con más ganas de escucharte. 

Si no consigues aclarar esto con el y no te lo acaba devolviendo al cabo de un tiempo, yo me replantearía si realmente es tan amigo mío como yo pensaba, ya que se ha quedado con mi dinero aun sabiendo que yo lo necesitaba. Porque si fuese tu amigo de verdad te lo devolvería, y aun que no estuvieseis endeudaos, te lo daría al igual que hiciste tu cuando el no podía pagar su deuda. 

En concusión, pedir una suma grande o pequeña de dinero no debería de suponer ningún agobio porque si realmente le importas y vela por lo mejor para ti tratará de no hacerlo incomodo y te lo devolverá en cuanto pueda, consiga la suma que te debe o simplemente te lo irá entregando a plazos, en función de como veáis mejor los dos. A su vez, si ves que no está poniendo de su parte o simplemente no te lo devuelve, me echaría bastante para atrás suponiendo que es un amigo tan cercano.

Blog V-Iker

Hablar de dinero con los amigos es uno de esos temas que todos preferimos evitar. No porque no confiemos, sino porque el dinero parece tener el poder de romper la amistad. A veces, prestamos sin pensarlo, casi por reflejo, porque queremos ayudar. Pero, cuando pasa el tiempo y no hay señales de que nos vayan a devolver lo que prestamos, aparece una sensación incómoda, una mezcla de duda, decepción y miedo a parecer mezquinos.

Es completamente normal sentirse confundido cuando quieres pedirle dinero a alguien pero no sabes como. Por un lado, quieres mantener la buena relación. Por otro lado, parece injusto tener que callar lo que sientes. Es una lucha entre el cariño y el respeto hacia ti mismo.

Yo opino que la sinceridad es la mejor forma de cuidar una amistad. Guardarte lo que piensas solo va a generar malestar. El dinero no debería ser un tema prohibido entre personas que se aprecian de verdad. Si lo haces con tacto, sin acusar ni reprochar, no hay motivo para que se rompa la amistad.

Yo creo que lo mejor es pedirlo aunque sea de una forma indirecta, por ejemplo: “Oye, ¿te acuerdas de los 30 euros que te dejé? Justo ahora me vendrían bien, ¿podrías devolvérmelos cuando puedas?”.

A veces el otro ni siquiera se da cuenta de que ha pasado tiempo, y con un pequeño recordatorio basta. Si reacciona bien, sabrás que la confianza entre vosotros es genuina. Si se molesta o cambia de actitud, quizá no eran solo 30 euros lo que faltaba, sino reciprocidad.

Pedir lo que es tuyo no me parece que sea avaricia, sino dignidad. También es una forma de cuidar la relación, porque la honestidad mantiene sanas las amistades. Hablar con el corazón, aunque dé miedo, siempre vale más que quedarse callado con un nudo en el estómago.

Al final, el dinero va y viene; las palabras sinceras, en cambio, dejan claro quién está dispuesto a escucharte sin juzgarte. Y eso vale mucho más.



 

Blog V - Nerea

 Pensándolo bien, no es nada fácil el tema de dinero entre amigos. Por un lado pienso que estoy en todo mi derecho de pedirle el dinero porque al fin y al cabo se lo di en modo de préstamo y no de regalo. Aunque se trate de cantidades pequeñas, como en este caso 30 euros, se puede volver un tema incomodo y delicado al mezclar la confianza con tu amigo y el miedo al qué dirán. Pedir que te devuelvan una cantidad de dinero prestado, no debería ser un problema. Entiendo que haga sobrepensar por si se lo tomara mal, si se piensa que solo me interesa el dinero o si se enfadara.

Por un lado, pedir que te devuelvan el dinero es totalmente justo, siempre que se hable de una cantidad razonable, desde mi punto de vista. Por otro, existe ese miedo a generar malestar con un amigo cercano. Lo que realmente me preocupa no es el dinero en sí, sino la posibilidad de afectar la relación. Por eso, muchas veces la gente se calla, esperando que el tiempo lo solucione, aunque eso solo genere dudas.

Para mí, lo mas importante son las maneras en las que pides el dinero. Si lo pides echando en cara lo que tu le prestaste un día, entiendo que se pueda generar ese malestar. En cambio, si vas a buenas y explicándole el porque necesitas el dinero de vuelta, es mas fácil que te entienda. Además al pedirlo de buenas maneras y de forma delicada, da a entender que realmente te importa esa relación mas que el dinero.

En el caso de que me dijera que no, me preocuparía y no exactamente por el dinero. Me molestaría que yo estuviera para el cuando lo necesitaba y el para mi no. Me replantearía si realmente es tan amigo como yo pensaba y sentiría que se ha aprovechado de mi. Me agobiaría mucho tener que enfrentarme a una situación así, pero siento que me ayudaría a enfrentar otros problemas del futuro o simplemente a saber como son realmente los que me rodean. Aprender a pedir, también significa enfrentarnos al problema en el momento necesario y demostrar madurez por ambos lados.

En conclusión, me parece que pedir tu dinero de vuelta está bien y me parece que deberíamos normalizarlo para que no se acaben aprovechando de ti. Entiendo la tensión que pueda llegar a generar pero teniendo en cuenta las maneras, me parece totalmente entendible el pedirlo. Con empatía y buenas maneras, todo se soluciona.


Blog 5

 Para mucha gente este tema sería complicado, en cambio yo lo tengo claro. 

El tema del dinero no debe mezclarse con la amistad y son cosas que no debe dar vergüenza pedirlas.

Mi amigo ha pedido 30 euros para hacer algo que no es absolutamente necesario, es un tema de ocio. Quizá si no tenía dinero para ir no debería haberlo pedido y además contraer una segunda deuda para saldar la primera. Esto hace que dada nuestra amistad sea yo la persona a la que finalmente me pide el dinero y ahora yo lo necesito. Se lo pido sin problema y si no me lo puede dar, porque no lo puede conseguir a través de la paga u otra manera, ya veríamos que podemos hacer, pero preferiría hablar con él y dejarlo claro. Este tipo de cosas te corroe por dentro y el no actuar y coger el toro por los cuernos es mucho peor.

Con los amigos no hay que posponer este tipo de cosas, para eso es mi amigo y hay confianza, y obviamente el no debería enfadarse. Si se enfada me parece una actitud bastante jeta porque yo le estoy hablando con franqueza y he confiado en él cuando le presté el dinero.

Una cosa muy diferente sería si no lo necesitara en ese caso esperaría, pero si veo que pasa tiempo sin hablar del tema también le preguntaría por ello, y depende de su respuesta incluso podría llegar a perdonarle los 30 euros. 

Puede que en otra ocasión esté yo en una situación parecida y me gustaría que fuera eso lo que un amigo hiciera por mí.

BLOG V

 

Desde mi punto de vista, creo que si se lo pide directamente, el amigo se

puede enfadar o puede tomárselo como si estuviera dudando de él, como

si lo estuvieran presionando. A veces, aunque sea un tema simple, la gente

se siente atacada cuando se habla de dinero. Y más todavía cuando se trata

de alguien con quien has compartido tantas cosas, porque la confianza puede  

hacer que las cosas se malinterpreten.


Por eso, pienso que quizá no sea el mejor momento para reclamarlo.

Llevan siendo amigos de toda la vida, y perder esa amistad por 30 euros

no merece la pena. Pienso que a veces es mejor esperar a que el otro se 

acuerde y lo devuelva por su cuenta. Además, si hay tanta confianza, tarde o

temprano lo hará. Yo no arriesgaría una relación tan larga por algo tan pequeño.


También creo que decir las cosas de manera clara y sin ofender a la otra persona

es una opción. Tal vez mencionarlo educadamente, sin parecer que le está 

exigiendo nada, para que no suene tan directo y para evitar que se sienta mal.


Así que, hablar de dinero entre amigos es complicado, y además cuando hay una 

amistad tan larga de por medio. Considero que a veces la confianza no significa 

poder decir cualquier cosa, sino saber cuándo es el momento de cómo decirlo. Yo, 

sinceramente, creo que su amigo podría tomárselo mal, y prefiero que no discutan 

por algo que se puede resolver hablando o ponerse de acuerdo. Al final, lo más 

valioso no es el dinero, sino la amistad que han construido durante tantos años.


Aun así, también pienso que quedarse callado para siempre no es la solución. Si el 

tema le preocupa, lo mejor sería hablarlo con calma y buscar un acuerdo. Tal vez

puedan aclararlo sin malos entendidos, recordando que entre amigos todo se puede

resolver con respeto y sinceridad. Al final lo importante no es quien tiene la razón, 

sino cuidar la relación y mantener la confianza que siempre han tenido.

Blog V - Pablo De Arroita

Hablar de dinero con los amigos puede ser algo incómodo en algunos momentos, pero es una situación más común de lo que pensamos. En una cuadrilla donde hay muchas personas, es normal que a veces uno pague por otros para entradas, cenas o viajes, y que luego haya que devolvérselo. Sin embargo, cuando eres tú el que ha pagado por todos y llega el momento de reclamarlo, puede que te sientas incomodo al pedirlo de vuelta y todavía más si ellos no se acuerdan. Yo creo que esto nos pasa porque nos preocupamos demasiado por si pensaran que somos pesados, interesados o poco comprensivos. Pero en realidad, pedir que te devuelvan algo que prestaste no es nada malo, es simplemente una cuestión de respeto y responsabilidad.


En este caso, el hecho de que tu amigo te debiera 30 euros no debería ser un problema entre vosotros. Le ayudaste en un momento en el que necesitaba el dinero por lo que sea, y ahora eres tú quien lo necesita. No creo que haya nada de lo que avergonzarse por recordarle esa “deuda” pendiente. Lo importante es hacerlo con educación y empatía. Puedes hablar con él en un momento tranquilo, sin que haya más gente delante, y decirle que le dejaste el dinero porque lo necesitaba y que como ahora eres tú el que lo necesita que a ver si podría devolverte el dinero. De esa manera no suenas exigente, solo sincero y claro.


A veces pensamos demasiado en cómo reaccionará la otra persona; pero si la amistad es buena, lo más probable es que lo entienda y no haya ningún problema. Y si además se lo comentas con naturalidad y sentido común, lo normal sería que ninguno de tus amigos te pusiera ninguna pega. Si se molesta, entonces quizás no sea tan buen amigo como pensabas. En resumen, no creo que nadie debería dejar que el miedo a incomodar le impida actuar con naturalidad. Ser claro y directo evita malentendidos y demuestra madurez. Al final, yo creo que hablar de dinero también es una forma de cuidar la amistad, porque pone las cosas en orden y demuestra confianza mutua para hablar de algo importante como el dinero.

 

Blog V - Erlantz

El hecho de combinar dinero y amigos puede resultar un poco incómodo. Comparar la amistad con el dinero es también un tema delicado. 

Para cobrar esa “deuda” te recomiendo que se la recuerdes de una buena forma y siendo amable. Es tu amigo y deberías tener confianza con él. Por lo tanto, no deberías tener ningún tipo de inconveniente en pedirle el dinero. Puede que tengas miedo de perder la relación con esa persona y es por eso que el miedo a arruinar tu amistad te frena. 

Si hablas con tu amigo y te dice que se encuentra mal económicamente, podrías pedirle un intercambio que te beneficie. Buscar soluciones siempre será una gran opción. En cambio, quedarte callado no es una opción. Debes tener en cuenta si realmente necesitas ese dinero cuanto antes o no. Si realmente lo necesitas, adelante. Mientras tu amigo no te haya devuelto el dinero no juzgues su vida hasta un límite. Si le has pedido el dinero y te dice que en ese momento no te lo puede devolver y está todo el día gastando dinero, debes darle un toque de atención.

Si a la hora de pedirle el dinero se enfada, creo que no estas en el grupo de amigos donde debes estar. Eso sí, es importante que le digas tus razones y le hagas entender por qué necesitas ese dinero urgentemente. Lo más común es que no se enfade, así que puedes estar tranquilo.

Resumidamente, prestar dinero a un amigo puede volverse un tema complejo si no se trata bien. Nunca tengas vergüenza a pedirle dinero a alguien si anteriormente has sido tú el que le ha dejado dinero. Cuanto menos mezcles la amistad y el dinero, mejor.

Blog V (Ane Dorronsoro)

 Que un amigo de tu cuadrilla te tenga que devolver algo de dinero siempre puede generar algún conflicto, aunque nunca debería llegar al punto de romper la amistad, salvo que se lo pidas de malos modos. A un amigo cercano siempre se le deja dinero cuando lo necesita, sin pensarlo dos veces. No esperas que te lo devuelva de inmediato, pero sin confías en que lo hará. Con el dinero todos nos volvemos un poco locos, pero lo más importante en estas situaciones es mantener la calma.

No debemos tener miedo de pedir que nos devuelvan lo que es nuestro, solo hay que saber cómo hacerlo. Si vas enfadado o con prisas, no conseguirás nada; lo único que lograrás es agobiar a la otra persona y que, al final, no te lo devuelva. Hay que mantener la tranquilidad y hablarle con calma, así será mucho más fácil recordarle la deuda. Si es realmente tu amigo, no debería haber ningún problema y probablemente lo entenderá y te devolverá el dinero sin más. Pero si pone excusas, puedes recordarle que, porque sea tu amigo, no deja de tener la obligación de devolverte lo que es tuyo.

Al final, lo más importante es recordar que el dinero va y viene, pero una buena amistad vale mucho más. Si ambos actuáis con respeto y confianza, no debería haber ningún problema. Lo fundamental es hablar las cosas con sinceridad, sin reproches ni enfados, y entender que los amigos están para ayudarse, no para discutir algo tan material. Con un poco de empatía y paciencia, todo se soluciona.

Martin Albizu (Blog V)

 En esta situación se refleja un problema bastante habitual entre los grupos de amigos, sobre todo cuando se mezcla el dinero con la confianza. A veces alguien presta dinero a otro para ayudarle en un momento puntual, pero cuando llega la hora de recuperarlo, surgen las dudas: miedo a que el otro se moleste, a parecer interesado o a generar mal ambiente dentro de la cuadrilla. Es algo que pasa más de lo que parece, porque el dinero, aunque sea poco, siempre puede complicar las relaciones si no se habla con claridad.

Sin embargo, pedir que te devuelvan un dinero prestado no es nada malo ni debería generar tensión. Es algo justo y normal. Lo más adecuado es tratar el tema con naturalidad, sin darle demasiadas vueltas ni hacerlo sonar como un reclamo serio. Se puede mencionar en una conversación casual, de forma tranquila, para que el otro lo entienda como lo que es: una simple devolución. A veces una frase sencilla, dicha con buen tono, evita cualquier malentendido.

En un grupo de amigos, la confianza tiene que funcionar en ambos sentidos. Si uno ayuda cuando otro lo necesita, también es justo que, llegado el momento, el favor se devuelva. Si alguien se lo toma mal, tal vez demuestra que aún le falta madurez o empatía. En el fondo, lo más importante es mantener una comunicación sincera. Las amistades verdaderas no se rompen por 30 euros, sino por la falta de honestidad o de diálogo cuando surgen pequeñas situaciones como esta.

Blog V

 Está claro que el tema del dinero es un tanto incómodo, más aún entre amigos. Casi todos hemos estado en una situación parecida cuando se trata de que nos devuelvan el dinero prestado. 


En primer lugar, todo depende del tipo de amigo al que le hayas prestado dinero. No es lo mismo que se lo prestes al típico amigo jeta, que si puede escabullirse lo hace, que además es bastante olvidadizo, a que se lo prestes a un amigo que rara vez se le suelen olvidar las cosas. Para ello, te recomiendo que si es el primer tipo de amigo, se lo digas de una forma directa, sin rodeos, hasta incluso un poco borde. Por supuesto con la verdad por delante, dile que necesitas ese dinero urgentemente. Métele presión para que se de cuenta de lo importante que es para ti ese dinero. Sin embargo, para el segundo tipo de amigo, te recomiendo que se lo recuerdes de una forma amigable, sin rencor, simplemente recuérdale ese dinero que te debe. 


Por último, te aconsejo que no dejes que el tiempo pase, cuanto antes se lo recuerdes mejor. Tampoco te sientas culpable por ello, es él el que debería de sentirse mal al respecto. Además, no pienses que por estar continuamente exigiendo que te devuelva el dinero va a dejar de ser tu amigo, y si es así deberías plantearte si de verdad era tu amigo.


Blog V -- Sofía Espinosa

¿Puede algo como el dinero romper la confianza entre dos personas? Siempre he pensado que el dinero es algo tanto simple como difícil. Un objeto que en cuestión de segundos puede pasar de ser tu propiedad a la de otra persona. Y al mismo tiempo un objeto que - indirectamente - sigue provocando guerras y conflictos sociales. Si analizas un conflicto con atención, en muchas ocasiones llegarás a la misma conclusión. Dinero.
En este caso, en un grupo de 4 amigos, uno de ellos (al que de ahora en adelante llamaré Pepito), debe saldar una deuda con otro de ellos (al que llamaré Carlos). Pepito le debe dinero a Carlos. Este, al verse con las manos vacías, no se le ocurre mejor idea que saldar la deuda pidiéndole dinero a otro de sus amigos (este se llamará Federico).
Aunque parezca una tontería, esta petición de Pepito me lleva a conclusiones que van mucho más allá de lo que uno puede pensar. ¿Por qué Pepito le pide dinero a alguien para saldar una deuda con otra persona? ¿No le pone esto en la misma situación en la que estaba antes?. En mi opinión, o Pepito tiene poca complicidad con Carlos como para no devolverle esos 30 euros, o tiene suficiente confianza con Federico como para pedirle dinero y no devolverlo al menos hasta que él se lo pida. Ya que lo mires por donde lo mires, matemáticamente no tiene ningún sentido.
Sin conocerle, me atrevo a decir que Pepito es una de esas personas que si tienes confianza con él, hasta que no le pidas el dinero que te debe, no te lo devolverá. Lo que no le hace necesariamente una mala persona, pero sí un poco caradura. Algunos pensarán, que a pesar de la confianza que haya, reclamarle una deuda a un amigo puede ser una forma de tensar una relación de forma innecesaria. Desde mi punto de vista, pienso que es todo lo contrario. El tener una confianza real con alguien, es solamente una razón más para que te sientas cómodo hablándole de algo que te incomoda.
Ya no es solo una cuestión de dinero, si en una relación (ya sea de amistad o amorosa) no se hablan de las cosas que nos incomodan, se nos puede llegar a hacer bola hasta que un día explotemos. Por eso, mi recomendación es que hables con tu amigo cuanto antes.

 En la vida hay varios temas que nadie sabe porque son considerados temas tabú. Uno de estos es el dinero, nunca ha sido bonito hablar de ello, a pesar de ser algo prácticamente imprescindible hoy en día en la sociedad que vivimos.

Si un amigo de toda la vida te debe 30 euros lo mas normal seria de pedírselos con la misma naturalidad que hablas de otros temas, pero hay algo que te lo impide y es normal y seguramente cuantas mas vueltas le des a la cabeza mas te costara pedírselos, cuando lo mas normal es que tu amigo no reaccione mal y te devuelva el dinero que anteriormente el te había pedido sin ningún problema.

Si aun así no sabes como hacerlo te recomendaría hablarlo con otro de la cuadrilla para que te de su opinión y consejo y incluso el podría ayudarte hablando con el que te debe dinero  y diciendole tu situación y que no te atreves a como decírselo por miedo a como pueda ser la reacción o si sentirá molesto.


Íñigo L blog V (deuda entre amigos)

 Todo el mundo sabe que cualquier tema que tenga que ver con el dinero es un tema espinoso y que no está exento de polémica. Pero si además es una deuda entre amigos, ya pasa a ser aún más incómodo. Sinceramente creo que entre amigos no debería haber ningún tipo de préstamos, ya que esto puede emponzoñar o enrarecer la amistad, o incluso acabar con ella en los casos más extremos.


Alguna vez mis amigos me han pedido dinero, pero normalmente son cantidades pequeñas como un euro o así, por eso creo que si algún día un amigo me pide 30 euros debería pensármelo bien antes de dejárselos. Si es una amistad de años y años o incluso desde el colegio, se los deberías pedir ya que supongo que habréis desarrollado una relación de confianza como para poder hablar sin tapujos. Por eso mismo creo que, como ahora necesitas ese dinero, deberías pedírselo de vuelta. Claramente es una situación complicada y no creo que pedírselo directamente sea una buena idea, por eso he pensado que deberías esperar al momento adecuado. 


Creo que un buen momento sería al estar a solas, puesto que podría sentarle mal que le recuerdes que te debe dinero delante de otra gente haciéndole quedar mal. Además de eso, creo que sería conveniente que utilizases el lenguaje más agradable y amigable posible para minimizar los riesgos de que se pueda enfadar o incomodar. Si se lo toma mal podría pensar que eres una persona cutre y avariciosa .


Si aún y todo se enfada creo que deberías hablar más seriamente sobre esto, ya que no es lógico que se enfade por querer recuperar tu dinero cuando te hace falta siendo amigos desde hace años.




Blog V - Erik Alcalde

Creo que lo mejor sería pedirle el dinero con educación y calma, sin darle demasiadas vueltas. Al fin y al cabo, nadie quiere desprenderse de 30 euros, pero, aunque seamos amigos, los favores y las deudas deben devolverse. Es una cuestión de responsabilidad y de respeto mutuo. 


Seguramente, si le pides el dinero con naturalidad, pensará que eres una persona centrada, que lleva sus cosas al día y que no deja pasar los temas importantes. No creo que piense nada malo de ti, aunque quizá no le entusiasme tener que soltar el dinero, algo que es totalmente comprensible. 


Si lo haces con educación, lo más probable es que sea comprensivo y te lo devuelva sin problema. En caso de que actúe de forma evasiva, puedes explicarle tu situación con más detalle y aclararle que pedir que te devuelvan un préstamo no te convierte en un mal amigo, sino que es algo normal y justo. 


Y si, después de hablarlo con calma, sigue sin reaccionar o sin tomárselo en serio, entonces sí sería apropiado decírselo con un tono más firme, dejando de mencionarlo de forma indirecta y pidiéndoselo directamente, pero siempre desde el respeto.


BLOG V - Adriana Martín

 

Últimamente no dejo de darle vueltas a algo que, en teoría, no debería ser tan complicado, pero que a mí me está costando más de lo que esperaba. Hace unas semanas, uno de mis amigos del grupo —somos cuatro, los de siempre, los que vamos juntos a todos los sitios— me pidió 30 euros para pagarle a otro del grupo una deuda que tenía por las entradas de un concierto. Yo, sin pensarlo mucho, se los dejé. Somos amigos, nos tenemos confianza, y me pareció lo más normal del mundo echarle una mano.

El caso es que ahora la situación se ha dado la vuelta: soy yo quien anda un poco justo de dinero y me vendría bien recuperarlo. Pero por alguna razón, no me atrevo a pedírselo. Me da cosa, como si al mencionarlo fuera a parecer que estoy desesperado o que le estoy echando en cara que aún no me ha pagado. Y a la vez, me da miedo que se lo tome a mal, que se enfade o que piense que desconfío de él. Es curioso, porque si lo pienso fríamente, no hay nada de malo en recordarle algo que él mismo me pidió prestado. Pero aun así, me cuesta.

Supongo que tiene que ver con lo incómodo que se vuelve hablar de dinero entre amigos. No sé por qué, pero es como si se mezclaran la confianza y el pudor. Uno no quiere parecer interesado, ni crear un mal ambiente por una cantidad que, al final, tampoco es enorme. Pero lo cierto es que no es una cuestión de dinero, sino de equilibrio. No se trata de reclamar, sino simplemente de recordar algo pendiente. Y eso, bien dicho, no debería molestar a nadie.

Quizás la clave esté en cómo lo diga. No hace falta montar un drama ni hacerlo sonar como una exigencia. Bastaría con ser natural, tal y como lo sería él si estuviera en mi lugar. Algo como: “Oye, ¿te acuerdas de los 30 euros que te dejé para lo del concierto? Me vendría bien que me los devolvieras cuando puedas, que ando un poco justo estos días.” Así, sin rodeos, pero con tacto.

Al final, creo que lo importante es no callarse por miedo. Si la amistad es buena, una conversación así no la va a romper. Y si se molesta por algo tan razonable, entonces igual la relación no es tan equilibrada como pensaba. Pero prefiero pensar que no será así. Que lo entenderá, que me lo agradecerá incluso por recordárselo, y que todo quedará en una simple charla entre amigos.

Porque, al final, hablar de dinero no debería ser un tema tabú. Forma parte de la confianza, igual que hablar de otras cosas. Y si no somos capaces de hacerlo con naturalidad, acabamos cargando con una incomodidad que solo existe en nuestra cabeza. Así que sí: lo mejor será decírselo, sin dramatizar, sin culpas. Simplemente, con honestidad y respeto.

sábado, 18 de octubre de 2025

Blog V Patrik Arrieta

 Creo que la mayoría de la gente se ha enfrentado a una situación parecida con algún amigo, o incluso miembro familiar, y si que es verdad que a veces puede llegar a ser difícil pensar como buscar una solución ante esta situación.

Lo primero de todo, esta claro que si un amigo te debe dinero, le pidas el dinero de la manera que se lo pidas, si ya lleva tiempo sin devolvértelo, o incluso, dándote largas, no se puede sentir ofendido dependiendo de las formas. Está claro que como en todo, la educación y la empatía va por encima de todo, pero si que es verdad que hay gente que se puede llegar a ofender fácilmente, pensando que pedirle que te devuelva dinero que te debe puede llegar a ser una forma de llamarle indirectamente agarrado (comportamiento que no creo que llegue a entender nunca).

Aún pensando esto, teniendo en cuenta lo que puede pasar al pedirle dinero de vuelta a un amigo, seguiría estos pasos. Lo primero de todo, se lo pediría de forma privada, sin que ninguna otra persona llegue a darse cuenta que un amigo me debe dinero, ya que podría sentirse humillado o, de alguna forma, sentirse inseguro por la situación.

 En segundo lugar, le transmitiría el mensaje de manera apaciguada, dandole a entender que, aunque necesite el dinero, no le estoy juzgando para nada a él por la demora que conlleva tener mi dinero de vuelta y sus razones. 

Por último, si en ese mismo instante me diera el dinero, le daría las gracias por su empatía y su buen gesto de averse tomado de la mejor manera posible que le pidiera mi dinero de vuelta. En cambio, en el hipotético caso en el cual no me diera el dinero en ese mismo momento, le dejaría claro que es la última oportunidad que le queda para que, la próxima vez que nos veamos, me devuelva el dinero que me debe, y que si tarda más de lo acordado o debido, que tenga claro que la próxima vez no podrá esperar que yo le preste dinero, por la impresión que me daría.

Creo que este sería el procedimiento y los pasos que yo seguiría para resolver una situación así de compleja.

blog V

Hablar de dinero con amigos a veces puede ser difícil e incluso resultar incómodo. Muchas veces nos da vergüenza o miedo que la otra persona se enfade o se lo tome mal. El otro día un amigo de la cuadrilla me pidió 30 euros para saldar una deuda con otro amigo. Se los dejé sin problema, ya que tengo confianza con él y sé que él habría hecho lo mismo por mi. 


El problema es que ahora soy yo quien necesita con urgencia esos 30 euros para pagar la entrada para un concierto y no sé cómo pedírselos. Me preocupa que se lo tome mal o se enfade conmigo. No paro de darle vueltas a cómo pedírselos y aunque esto en verdad sea una tontería ya que es algo normal y justo, me sigue dando cosa decírselo por si se piensa que lo único que me importa es el dinero o que ya no confío en él, cuando no es así.


Creo que lo clave en todo esto está en la manera en la que se lo pides. No creo que la mejor manera de decirlo sea enfadado, sino con un “oye, ¿te acuerdas de los 30 euros que te dejé? me vendrían bien si pudieras devolvérmelos”.


Creo que muchas veces le damos demasiadas vueltas a cosas sin importancia, ya que con la confianza que hay en nuestra amistad, sé casi seguro que no se lo va a tomar mal, pero igualmente sigue siendo una situación incómoda. Haciéndole saber que los necesito de verdad no creo que pase nada, pero en el caso de que se enfadara o se lo tomara mal me haría darme cuenta de la relación que tenemos.


Blog V

 Hablar de dinero con los amigos puede costar un poco por miedo a que se molesten o piensen mal, pero pedir que te devuelvan algo que prestaste no es nada malo. Es algo normal y demuestra la confianza que tienes con él. Si tu amigo te pidió 30 euros hace unas semanas por que los necesitaba y ahora tú los necesitas, no pasa absolutamente nada por recordárselo. No estás haciendo nada mal, simplemente le estás pidiendo algo que es tuyo y que decidiste dejárselo para ayudarle, como harían o deberían hacer todos los amigos.

No hace falta darle muchas vueltas ni hacerlo un gran tema. Puedes decírselo con calma y naturalidad. Por ejemplo, le puedes decir algo como: “Oye, ¿te acuerdas de los 30 euros que te dejé? Me vendrían bien ahora, ¿me los podrías devolver?”. De esta manera suena agradable, claro y sin meterle presión. Si de verdad es tu amigo, lo va a entender sin problema y no se enfadará. A veces, la otra persona ni siquiera se acuerda de que te debe dinero, y por eso es mejor recordarlo cuanto antes. Guardarte las cosas solo te hará sentirte incómodo y darle vueltas a un asunto que no tiene gran importancia.

Pedir que te devuelvan un dinero que prestaste no te hace mala persona ni egoísta. De hecho, demuestra que te importa la amistad y que quieres ser sincero. Decírselo claro y con respeto hace que vuestra relación siga bien y sin problemas. Si te da un poco de miedo, piensa que tú harías lo mismo por él. No es solo por el dinero, sino por el respeto que os tenéis entre los dos. Las amistades se hacen más fuertes cuando hablamos con sinceridad y nos entendemos. Así que anímate a hablarlo sin miedo. Al final, verás que todo se arreglará fácilmente y no tiene tanta importancia como la que pensabas.

Blog V- Guillermo

 Las peligrosas deudas de los amigos


A todos nos ha pasado alguna vez que un amigo nos haya pedido dinero. Y no es que dejar dinero resulte peligroso, sino que cuando un amigo no te devuelve voluntariamente la deuda, te genera un grave inconveniente no solo económico sino de amistad.


En algunos casos buscamos la complicidad de otro amigo para poder sacar el tema de conversación e indirectamente reclamar al interesado que abone lo que le corresponde.

Si en este caso el amigo no se da por aludido, es cuando uno se plantea como proceder. Hay dos alternativas: o bien directamente solicitarle la devolución  con alguna disculpa y hacerle ver que estás en apuros económicos, o asumir que has perdido una cantidad para mantener una buena amistad o no incurrir en riesgos de índole personal. 


Cabe recordar que en bizum contamos con la posibilidad de solicitar la devolución de una deuda, pero lo cierto es que no está bien visto y a todos nos incomoda.


En conclusión, evita dejar dinero a un amigo, más vale un ave rojo que 50 colorado y así no te ves inmerso en estos problemas derivados de mezclar  dinero y amistad que nunca son buenas compañeras.  


miércoles, 15 de octubre de 2025

Dinero - Blog V

 Dinero

Siempre me pregunto si algo podría romper la confianza y el vínculo que tengo con mis mejores amigos. Algo tan pequeño como una deuda sin importancia. Siempre es difícil tener que pedirle a alguien el dinero que te debe, y con amigos puede ser mucho más fácil o bastante más complicado. La amistad es una cosa muy curiosa en las que las cosas se te hacen más fáciles o más difíciles. En este caso difíciles. Cuando se nos plantea una situación que tiene que ver con el dinero, siempre nos agobiamos y dejamos que la preocupación tome el control, olvidando que muchas veces lo más importante es mantener la calma y buscar soluciones con claridad. Lo mejor que podemos hacer es tratar este tema sin ningún tipo de presión.


Cuando nos armamos de valor y nos atrevemos a ir a pedirle el dinero a nuestro amigo, evidentemente habrá que hablarle de forma respetuosa sin darle prisa, y seguro que lo entenderá  y no habrá ningún problema. Al fin y al cabo es uno de tus mejores amigos, ¿qué te va a decir? En caso de que actúe molestamente, habrá que explicarle que, por muy bien que te caiga, te sigue debiendo el dinero que le prestaste. No tiene derecho a quedarse con tu dinero solamente porque seáis amigos. Después de esta aclaración es indiscutible que te dará lo que te debe.


Como he dicho antes, los temas del dinero nos ponen nerviosos y pueden generar discusiones o malentendidos fácilmente. También terminamos evitando hablar de ellos hasta que ya es demasiado tarde. Por eso todo esto me lleva a pensar que cuando se trata de una persona cercana, no habrá ningún tipo de problema en este asunto. Si tienes tanta confianza en ella, no debería de preocuparte pedirle que te devuelva algo. Si él ha tenido el valor y confianza de pedirte dinero, tú también la deberías tener para pedirle que te de lo que te debe. Hablarlo con claridad es la mejor forma de mantener la confianza. No se trata solo del dinero, sino del respeto mutuo. A veces, una conversación honesta vale mucho más que cualquier cantidad prestada.


lunes, 13 de octubre de 2025

Blog IV - Erik Alcalde

El viaje del que guardo el mejor recuerdo fue cuando fui a Nueva York con mi familia, hace casi dos años. Nueva York siempre ha sido un lugar que me ha fascinado; desde pequeño soñaba con conocerla porque aparecía en muchas de las películas que marcaron mi infancia. Además, siempre me ha interesado mucho Estados Unidos y su cultura, así que visitar la ciudad era casi como cumplir un sueño que llevaba tiempo esperando. El viaje fue una experiencia increíble: todo salió bastante bien, descubrí lugares que había visto tantas veces en la pantalla y pude disfrutar de la energía única que tiene la ciudad. 


En cuanto a un viaje “malo”, sinceramente no podría elegir uno. Nunca he tenido una experiencia que me haya disgustado del todo. Creo que todos los lugares tienen algo bueno y algo malo, y que de cada viaje se puede aprender algo valioso. 


El lugar que más me ha impresionado hasta ahora ha sido Carcasona, en Francia. Me pareció una ciudad muy pintoresca, con un encanto especial. Me sorprendió el ambiente medieval que aún conserva, como si el tiempo se hubiera detenido dentro de sus murallas. 


Por otro lado, un sitio al que probablemente no volvería es Toulouse, también en Francia. Aunque la experiencia no fue mala, sentí que la ciudad tenía poco que ofrecer más allá de una primera visita. Es uno de esos lugares que, con conocerlos una vez, ya sientes que los has disfrutado al máximo. 


No creo que viajar esté sobrevalorado. Al contrario, pienso que es una de las mejores formas de descubrir el mundo, aprender sobre diferentes culturas, idiomas y maneras de vivir. Además, viajar te permite conocer a personas nuevas y enriquecerte con sus historias y costumbres. Todas esas experiencias aportan mucho y te ayudan a crecer como persona. 


De aquí a los próximos cincuenta años, hay tres lugares que me gustaría visitar. En primer lugar, la Columbia Británica, en Canadá, porque sus bosques, montañas, la neblina y el clima me parecen majestuosos, interesantes y llenos de presencia y misterio. En segundo lugar, alguna zona del interior o la costa oeste de Estados Unidos, para conocer mejor la vida cotidiana del país más allá de las grandes ciudades. Y, por último, Italia, un destino que siempre he querido conocer, sobre todo por su historia, su cultura y los restos del Imperio Romano, que me parecen fascinantes.